Para el ganado que la suerte no le quiso destino de trashumancia, el invierno en los pueblos de la cordillera de los Andes se vuelve una faena heroica.
Las blancas cumbres borrascosas resultan hogar o trampa para las vacas que estoicamente buscan alimentos debajo del blanco. Y esa imagen, la de fusión de mundos las ingresa en el plano de lo mágico.
Con los pobladores casa adentro pasa otro tanto. Los temporales de nieve tan bucólicos para la foránea mirada fotográfica se torna compleja madeja para los lugareños.
Ante la inminente caída de una intensa nevada, los pobladores acostumbran a dejar las cercas y tranqueras abiertas para evitar quedar atrapados en sus propios jardines, situación que provoca las más fabulosas invasiones de vacas, cerdos y caballos trotamundos.
La serie fotográfica fue tomada por el fotógrafo Cristian Duarte y pertenecen al patio de su casa. “ Las vacas son las vacas que entran a casa . Porque en Pehuenia andan las vacas y los chanchos y los caballos naturalmente, libremente, silvestremente. Y como en invierno estamos tapados de nieve hay que dejar la tranquera abierta porque si cerras la tranquera y te pega una nevada grande después no la podes abrir más y quedas varado en tu propia casa en la nieve. Las vacas la vieron abierta y se nos metieron al jardín. yo, aproveché para sacarles fotos.”
Bienvenidos a la vacas de Pehuenia, tierra milenaria, nacida del origen de la Cordillera de los Andes.